jueves, 11 de marzo de 2010

¿Tecnología beneficio o peligro ?

Una Explosión Tecnológica

En Albania no es raro ver a hombres mayores sobre un asno y hablando por celular. En la india hay pordioseros que dejan momentáneamente de pedir limosna para hacer o recibir llamadas. Sí, los teléfonos celulares- o móviles-, las computadoras, la televisión y otros aparatos han llegado a todo rincón del mundo y forman parte de la vida de muchas personas, sean ricas o pobres.

Donde parece más obvia la supremacía de la tecnología es en la proliferación de los teléfonos celulares, muchos de los cuales no son simples teléfonos. Hay modelos avanzados que permiten acceder a Internet, enviar y recibir correo electrónico y mensajes de texto, además de ver la televisión, escuchar música, tomar fotos, orientarse con el sistema de posicionamiento global (GPS) y, dicho sea de paso, hacer llamadas.

De acuerdo con un informe del periódico The Washington Post, un teléfono inteligente multimedia “tiene hoy mas capacidad de procesamiento de la que tenía el Comando de Defensa Aérea Norteamericano en 1965”. También dice que actualmente hay 1 móvil por cada 2 personas “. De hecho, por lo menos treinta naciones tienen más móviles que habitantes. No hay duda de que estamos presenciando, para decirlo con palabras del periódico, “la más rápida proliferación mundial de un producto tecnológico en la historia”.

Casi el sesenta por ciento de los usuarios del mundo viven en países en vías de desarrollo, lo que ha convertido al teléfono celular en el primer dispositivo de comunicación de alta tecnología utilizado mayormente por personas de países en desarrollo. Por ejemplo, en 2008 Afganistán tuvo cada mes 140.000 nuevos abonados, y en África, el uso del celular ha aumentado anualmente en casi un cincuenta por ciento durante los últimos años.

Pero la revolución tecnológica en el mundo de las comunicaciones también tiene su lado negativo. Los teléfonos celulares, los buscapersonas (localizadores) y las computadoras portátiles permiten que la gente esté accesible en casi todo momento y lugar, por lo que algunos usuarios se sienten atrapados en una red electrónica. Luego están los que se han ido al otro extremo, los adictivos a la tecnología, quienes sienten la compulsión siempre de vivir conectados, de saber qué está pasando.

Entre los problemas más comunes que ocasionan los productos populares ofrecidos por la tecnología multimedia y de la comunicación está la adicción, las distracciones y las interrupciones. Pero nadie puede negar que esos mismos productos son sumamente útiles. ¿Cómo podemos valernos de ellos de manera equilibrada y considerada?

¿Beneficio o peligro?

Un conductor pierde el control de su automóvil, choca contra un poste y una pasajera resulta herida de gravedad. Él pide ayuda de inmediato por su celular. Pero ¿por qué perdió el control? Porque apartó la vista de la carretera unos instantes para contestar una llamada.

Como se acaba de observar, los productos que ofrece la tecnología moderna pueden traer beneficios pero también peligros, de nosotros depende. Pero lo cierto es que pocos querrían regresar a los artefactos de antaño, que, comparados con los actuales, podrían considerarse rudimentarios. Hoy las computadoras nos ahorran tareas tediosas, nos ofrecen la posibilidad de realizar cómodamente compras y operaciones bancarias en línea y nos ayudan a mantenernos en contacto con los demás vía correo electrónico, correo de voz o enlaces de video.

No hace mucho, las personas salían de casa por la mañana para efectuar sus diversas actividades y no volvían a hablar con sus familiares hasta que regresaban. Pero ahora de acuerdo con un informe del periódico USA Today, “el 70% de las parejas en las que ambos tienen celular se comunican todos los días sólo para saludarse, el 64%, para coordinar sus horarios y el 42% de los padres llaman a sus hijos por celular todos los días”.

No permitas que la tecnología te perjudique

¿Puede afectarnos mental y físicamente el uso excesivo o inadecuado de la tecnología? Veamos lo que se publicó sobre dos recién casados de un país de Occidente. La noticia decía que “hablaban por teléfono constantemente; se llamaban el uno al otro desde sus respectivos autos, desde el gimnasio, e incluso hasta desde diferentes habitaciones de su propia casa”. Algunos mese llegaron a consumir 4000 minutos –más de 66 horas- y dijeron que no podían estar sin sus teléfonos. El doctor Harris Stratyner, especialista en salud mental, dijo que la pareja padecía los “síntomas típicos de adicción”. Y añadió: “Es como si mantuvieran su relación a través de un objeto”.

Ese es un caso extremo, por su puesto, pero refleja una tendencia preocupante. A muchas personas les resulta insoportable siquiera pensar en no poder comunicarse con los demás, aunque sea por una hora. Una mujer de una edad de veintitantos años dijo “necesitamos estar revisando siempre el correo electrónico, navegando por internet o enviando mensajes de texto a nuestros amigos”.

Si estar conectado “le ocupa cada vez más tiempo y se ha convertido en su actividad preferida al grado de excluir todo lo demás, algo anda mal”. Estas palabras del doctor Bryan Yeo aparecieron publicadas en The business Times of Singapore. Por otro, lado quienes se aíslan por horas enteras con sus aparatos electrónicos no hacen ejercicio, o hacen muy poco, por lo que corren el riesgo de desarrollar alguna enfermedad cardiovascular, diabetes u otra afección grave.

También hay peligros de carácter más inmediato. Respecto a los celulares, por ejemplo, un estudio reciente indicó que “los reflejos del conductor que habla por teléfono –aunque use el ‘manos libres’- quedan tan mermados como si estuviera borracho”. Enviar mensajes de texto mientras se conduce también puede ocasionar accidentes mortales, y aun así, los resultados de una encuesta arrojaron que aproximadamente el cuarenta por ciento de los conductores de entre 16 y 27 años de edad envían mensajes de texto mientras están manejando. De modo que si sienten la tentación de de usar el celular para hablar o enviar mensajes mientras conduce, recuerde que, en caso de accidente, la policía y la compañía de seguros pueden averiguar si usó el teléfono momentos antes. Una llamada o un simple mensaje de texto pueden salirle muy caros.

Al investigar un accidente ferroviario ocurrido en California (Estados Unidos) en 2008 que les costó la vida a veinticinco personas, se descubrió que el maquinista había enviado un mensaje de texto, segundos antes del accidente. Ni siquiera intentó frenar.

Debido a que más niños utilizan cada vez más los teléfonos móviles y las computadoras, así como dispositivos de entretenimiento, es esencial que prendan a usar esos aparatos de manera responsable. ¿Cómo se les puede ayudar?

¡Despertad! Noviembre 2009

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